Snorri Sturluson, como personaje, no fue de la
lucidez que puede ser observada en el escritor. Su vida, vista a través de los
ojos de los historiadores, nos deja el sinsabor de un antihéroe más preocupado
por sí mismo que por su tierra o sus conciudadanos. Pero más allá del plano de
lo que podríamos llamar como público, nos encontramos a un hombre preocupado
por lo literario y por la historia; cuenta de ello dan sus obras, que van desde
la historia de los Reyes de Noruega, hasta sus estudios sobre la poesía de los
Scaldos y su profundo saber sobre la mitología islandesa. En torno a esto,
surge la pregunta acerca del carácter de una obra como La alucinación de Gylfi;
si es teológica, en cuanto a su narración de la creación del mundo y la vida de
los dioses; si es histórica, en cuanto a su interpretación y puesta en escena
como verdad; o es una creación poética dada su fuerza narrativa que se vale de
cualquier recurso para darle valor y velocidad a lo narrado y que hasta se
permite licencias históricas para lograr su cometido. A mi parecer es esta ·última
la posición que más sentido tiene. Snorri no era quien se preocupara de una
veracidad en una obra que tenía ciertamente un carácter explicativo distinto y
distante de lo que pudiera pretender en las otras obras de su autoría. Pero
predomina lo poético, lo creativo. Aunque, si bien podemos ver como tal su
estudio de los ciento dos tipos de versos de los Scaldos, también lo podemos
concebir así en esta obra de la que nos ocupamos en cuanto a la creación de la
prosa que narra y re-crea la historia mitológica del pueblo escandinavo. Para mí
es preponderante su preocupación porque ella fuera veraz y a la vez creíble. Más
allá de ser explicativo, enuncia y crea toda una visión de mundo por medio de
lo recopilado en sus estudios sobre los mitos escandinavos. Hace su propuesta y
la justifica y argumenta. ¿Cuál es su propuesta? La defensa de los mitos
profanos y ajenos a la religión cristiana que ha comenzado a expandirse por sus
tierras. Snorri defiende lo propio, su cultura; la preserva y trata de hacer
que vuelva de la historia para ser mito de nuevo. El valor de Snorri y de su alucinación
de Gylfi es ese, la preservación de lo mítico a través de los tiempos y de la
historia. Huelga decir que aunque era de la fe de Cristo, Snorri profesaba su
amor por la cultura perdida, y qué mejor forma de expresar el amor que por
intermedio de lo poético.
jueves, 27 de junio de 2013
sábado, 22 de junio de 2013
Doktor Faustus
"Pero
si alguno convida al diablo a ser su huésped,
para salir
de ese estancamiento y llegar a prosperar,
ése vende su
alma y toma sobre su nuca la carga del pecado de la época,
y de este
modo queda condenado."
Adrián Leverkhun.
Pensar en
la genialidad, en la capacidad humana de ser más que humano, en aquello que
permita a un arte ser más una afectación que una comunicación.
La
disciplina es tan solo un aliciente de la obra, se da sin imponérsela. Su
característica es la afectación que produce y se reproduce; ese pathos no es únicamente
el que percibe quien recibe la obra, es el pathos del quien la crea, del que
hace en ella su ser, que afecta su vida, su mundo en ella.
¿El
enamorado no hace más que pertenecer su mundo a su objeto de deseo? ¿no da su
vida para él? ¿no desea eso? Cada quien se crea, se hace a sí mismo, no hace más
que acabar con su vida momento a momento para lograr lo que pretende. Es una
actitud en igualdad de egolatría y desinterés. La afectación es evidentemente
la causa de ello. La sensibilidad agradecida, o la verdad que se va haciendo más
difusa, obliga a desarrollarse, a materializarse mundo en el creador. El
demonio es aquella afectación que se manifiesta en el creador y que niega todo
lo que es ajeno. El compromiso es consigo mismo, con las intenciones que van más
allá de lo puramente terrenal aun cuando vuelvan a ello. Se sale de lo humano
para manifestarse. Se deshace en sufrimientos cremándose hasta lograr lo que
quiere. ¿Que se logra en un arte en el que se quiere lo máximo? ¿es hacer? El
sufrimiento va más allá de nuestra dominación. Es el afectarse en sí. Es la
entrega de mi propio ego para lograr lo que yo quiero. Entre el método y lo
conseguido no hay más distancia que lo verdadero sentido, aquello que nos
obliga a hacerlo, porque en eso se nos va la vida.
En el que
hace, se requiere una especialidad, una capacidad. Es el elemento mas la
afectación del ser en su necesidad de realizar. El hombre que se crea a sí
mismo para ser lo que quiere.
Sobre la muerte en Venecia
"En un
instante dado se levantó para encontrar la mirada,
pero cayó de bruces, de modo que sus ojos tenían
que mirar de abajo arriba,
mientras su
rostro tomaba la expresión cansada, dulcemente desfallecida,
de un adormecimiento profundo. Sin embargo, le
parecía que,
desde lejos,
el pulido y amable mancebo le sonreía y le saludaba."
(La muerte
en Venecia)
Se ha hablado
de un Pathos, al cual no acabo de convencerme de acuñarle el término simbólico,
que entregaba al artista a una muerte segura, a una entrega segura a través de
lo que podríamos llamar la búsqueda por la belleza. El objeto del artista es en
definitiva hacer algo bello, tan bello que intimide a otros.
Con Adrian Leverkhun
esa belleza lo llevaría a la entrega y a la muerte. En von Aschenbach es la
muerte la que lo lleva a la Belleza, pues detrás de él se encuentra ese
gondolero sombrío que lo lleva por los canales mientras va hablando sólo en una
jerga incomprensible. El viaje es gratis y llevado por la fuerza de la voluntad
y del destino. --Usted va al Lido. Pero antes de esa muerte que lo lleva, se le
ha concedido un deseo que lo deje en felicidad. Podrá ver a ese joven de seis años
que es la presentación de lo completo humano y lo completo divino en uno solo.
La peste
asola a Venecia y las gentes huyen de ella; von Aschenbach se queda, se entrega
a un peluquero desalmado que pretende devolverle una juventud inexistente por
medio de artificios de maquillaje, tal y como él mismo había criticado en un
hombre ya de edad que pretendía codearse con muchachos adolescentes.
Pero hay
mucha distancia entre uno y otro, las pretensiones de ese otro hombre eran
mucho más diáfanas que las de Aschenbach, las de éste eran completamente
oscuras incluso para él mismo. Solo quería verlo, lo perseguía por toda la
ciudad pretendiendo ser un amante solitario que jamás podría poseer su objeto
de deseo y que sólo en la contemplación, como en un cuadro, como viviendo a su
sombra, o como su sombra misma, se haría conocedor de todo ese dolor que es la
belleza.
En el final
de la vida Aschenbach puede conocer la belleza tal cual es. Para alguien que
como él a logrado esa belleza hasta ahora por medio de sobrias y potentes
lucubraciones de su mente, el verla ahí, delante de sus ojos, es el mejor
regalo que le puede brindar la naturaleza y lo divino. Pero es también el
sufrimiento de saberla lejana e imposible, es una burla de Dios que muestra la
mejor obra de su creación ante ese demiurgo, uno de los mejores a escala
humana, y le hace entender que jamás llegará a hacer algo parecido.
El artista
muere entonces, porque ya no hay más nada que hacer.
miércoles, 22 de mayo de 2013
DE LAS CUITAS DEL JOVEN WERTHER AL ROMANTICISMO COLOMBIANO EN EL SIGLO XIX Propuestas de sujeto a partir de una lectura romántica
Resumen
El texto
pretende establecer un mecanismo para encontrar trazados de la cultura en el paso
del tiempo a través de la lectura del libro a partir de la lectura de Werther.
Así identificar propuestas de sujeto ideal a partir de aparatos escriturarios
establecidos desde la lectura de una obra literaria; encontrar al sujeto (autor
– lector) que enuncia dicha propuesta de sujeto ideal; definir el horizonte
lector del sujeto; establecer la propuesta de lectura de cada uno de ellos; y
proponer la significación de dicha propuesta de lectura. Cinco hitos de
lectura, entre 1836 y 1896, son usados. Huellas de lectura que muestran sus
efectos reales hacia mecanismos de reproducción de la cultura a partir de comunidades
lectoras. Se cruza el horizonte de expectativas del lector para proyectarlo hacia
la propuesta escrituraria del autor, que conforma en cada uno de los hitos
hallados una propuesta ideal de sujeto que varía en el tiempo, haciendo uso de
la figura de Werther o de los personajes asociados al mismo.
Palabras
clave: Historia cultural, Historia de la comunicación, Literatura europea, Literatura
latinoamericana.
Abstract
The thesis looks to establish a mechanism to find lines in
the culture across the time from the read of Werther. In that way to identify
an ideal subject proposal from a writing apparatus founded from the reading of
a literary work; to find the subject (author – reader) who enunciates that
proposal; to define the reading horizon of that subject; to establish the
reading proposal in every one of them; and propose the signification of that
reading proposal. Five milestones, between 1836 and 1896 were used.
Fingerprints of reading that shows their real effect through culture
reproduction mechanisms found in cultural communities. It across the
expectation horizon of the reader and project it to the writing proposal of the
author, conforming, in any one of each of the milestones founded, an proposal
of an ideal subject that changes on time, making use of the Werther’s character
or some of the other character associated to him.
Keywords: Cultural history, Communication history, European
literature, Latin-American literature.
sábado, 11 de mayo de 2013
Sobre el romanticismo en Felisberto Hernández y la verdad de la fantasía.
No es particularmente
gratuito que el encuentro con el idealismo romántico se produzca en repetidas
ocasiones dentro de la literatura hispanoamericana. Desde el surgimiento del
nacionalismo criollo en poéticas como la de José Joaquín de Olmedo se ha
definido la presencia de lo romántico en esta literatura en nacimiento, acorde
con las perspectivas del mundo intelectual occidental que suponía el triunfo
del idealismo sobre la mentalidad opresora europea, y que se verificaba en las
nacientes repúblicas americanas cuyas revoluciones y guerras de independencia
ligaban dicho idealismo con una realidad palpable. La literatura de la época
construye sus obras con las formas propias del romanticismo, prosiguiendo con
las figuras que lo caracterizaban, buscando un fin específico, el proporcionar
un sustento mítico, dicen algunos, a los pueblos en nacimiento. Así Olmedo
maneja toda una serie de figuraciones clásicas en las cuales los héroes de las
batallas de la independencia, particularmente Bolívar, se llenan de valores
cruzados por los mitos indígenas americanos y las figuras retóricas clásicas
homéricas; o en el caso de Andrés Bello, su reconocimiento de la naturaleza,
que busca afincar al hombre en su entorno, despertar su sentido de relación y
de pertenencia con la tierra, siguiendo parámetros del idealismo.
Pero algo falta, la
transposición de elementos del romanticismo a la literatura del principios del
siglo XIX carece de fuerza y no deja de ser un ejercicio que, ganada la batalla, se perderá en los fondos del costumbrismo y la retórica, pero quizá era ése su destino, pues no existía la posibilidad de tornar el pensamiento
hacia un idealismo, en un pueblo que acababa de liberarse por las armas y que
encontraba a la vuelta de la esquina lo irracional, lo mítico y lo fantástico
como una parte de su mundo, y no como un paraíso perdido.
No bastan entonces en las
cabezas de los intelectuales las bases figurativas de un idealismo, se requiere
además un pensamiento y sentir propio que tratará de ubicarse en la verdad de
los hombres del continente. Con un sentido local y propio, el modernismo
encuentra así una liberación de la forma de expresión y llega en el lenguaje a
una fuerza propia que sabe decir con el colorido necesario la realidad.
El modernismo se convierte entonces en la primera expresión propia de lo latinoamericano, aun cuando dicho concepto no
era palpable completamente. Encuadra en una visión a los pueblos
en crecimiento, brinda las bases literarias que permitirán luego tener las
nociones de la expresión para crear figuras del orden de las vanguardias de
principios del siglo XX, hasta llegar a un precursor como Felisberto Hernández, quien recién
salido de la vanguardia llega con la presencia de lo humano como puesta en
juego de la verdad, donde lo fantástico cumple el papel fundamental que no
revela hechos y acontecimientos de la contradictoria vida de América, sino que
aparece el hombre mismo. Un ciudadano, moderno, conflictuado, esquizoide, alucinado
con su propia mentalidad.
Felisberto es en tal sentido fundacional, pues obras como El Balcón, entre otras, presentan características inusitadas hasta el momento. Una emancipación de la realidad por la cual las cosas dejan de ser objetos inertes, para cobrar un ánimus particularmente roántico y propio. Ya no es la triste lluvia que cae al unísono con María que llora, es un balcón que se suicida porque su amada se enamora de otro.
Felisberto es en tal sentido fundacional, pues obras como El Balcón, entre otras, presentan características inusitadas hasta el momento. Una emancipación de la realidad por la cual las cosas dejan de ser objetos inertes, para cobrar un ánimus particularmente roántico y propio. Ya no es la triste lluvia que cae al unísono con María que llora, es un balcón que se suicida porque su amada se enamora de otro.
martes, 29 de enero de 2013
Desastre poético
Una mariposa trataba de llevarse el color sapote de la flor
Aun velada por una cortina gris
Su blancura relucía en su terquedad
El hombre en la reja intentó dos veces mas pedir dinero.
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