domingo, 1 de septiembre de 2019

NUmero

Horas mas tarde el aire se acababa.
Por ahora estAbamos tranquilos, no creIamos que la caja no tuviera ventilaciOn. No tenIa ventanas, ni puertas; no entraba luz, ni ruido, pero el aire estaba ahI.

La caja me parece mas pequenia. La respiraciOn cansada de Daniel me hace pensar en mi asma. Me da angustia tener un ataque ahora. Daniel me toma la mano enfurecida. Su respiraciOn es puro ruido. Ya no siento la asfixia, todavIa respiro normalmente. Daniel me aprieta la mano. No puede decir nada, se acelera, se agacha, se tuerce en el piso, pero no suelta mi mano. Ahora estA frIa. Se quedO quieto. Ya no respira.

SoltE mi mano de la suya. Ya no sE dOnde estA su cuerpo.

He recorrido la caja. Ahora la sE grande y silenciosa. Conozco la tersura de sus paredes cAlidas, el olor de cartOn humedo de su piso. El cuerpo de Daniel esta en algUn lugar. Ya comenzO a oler. Pero no lo encuentro.

El aire sigue ahI; no sE cOmo se asfixiO El. Ahora hay soledad y estoy tranquila. Ahora estoy sola.

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